Papa (catolicismo)

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Papa
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Concepto:Vicario de Cristo, Sucesor de San Pedro en el gobierno universal de la Iglesia Católica Apostólica Romana.

Papa o (Sumo Pontífice romano). Para los cristianos apostólicos y romanos, el papa es considerado. Vicario de Cristo, Sucesor de San Pedro. Es la Cabeza del colegio episcopal y Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano. Título referente a su carácter de jefe estado de la Ciudad del Vaticano.

Historia

Origen de la palabra «papa»

Popularmente se cree que Papa (abreviado P. ó PP. ) es un acrónimo del latín Petri Apóstoli Potestatem Accipiens: “el que sucede al apóstol Pedro”. Sin embargo, en el latín clásico significaba “tutor” o “padre”; dicho término proviene a su vez del griego πάππας (páppas), que significa “padre” o “papá”.

La Roma cristiana del primer siglo

La ciudad de Roma en la época apostólica era pequeña en relación con la gran urbe de hoy. Cuando en la época de los apóstoles la gente se convertía al Cristianismo en una ciudad. Pablo (el apóstol), o alguno de sus colaboradores, como por ejemplo Tito, ordenaban un obispo, llamado también, presbítero ( ver en la Biblia Timoteo. 1: 5).

Este obispo en realidad era un pastor o anciano, el cual se rodeaba de otros ancianos o presbíteros, nombrados también por el apóstol o sus ayudantes (ver en la Biblia Hechos 14: 23; Tito 1: 5) y constituían el gobierno de esa iglesia local que se acababa de levantar en esa ciudad.

Pablo escribe su Epístola a los Romanos, es decir, a los cristianos de la capital del Imperio, y eso fue hacia el año 55 d.C., no había en Roma una iglesia organizada, sino grupitos de creyentes diseminados que se reunían por las casas. Pablo lo resalta cuando les envía su salutación. No se dirige a la iglesia de Roma, sino que se dirige “a todos los que estáis en Roma...” Romanos 1: 7. Pablo les escribe explicándoles la intención que tenía de ir a verlos para congregarlos y darles a conocer más sobre el Evangelio en el cual habían creído (ver Romanos 1: 9-13).

Pablo escribe su Segunda Epístola a Timoteo entre los años 65 al 68 d. C, se lee en Timoteo 4: 21 de ciertos cristianos destacados de Roma: Eubulo, Pudente, Lino y Claudia. Evidentemente, en ese tiempo la iglesia cristiana en Roma estaba en marcha.

Pedro como obispo de Roma

No existe ningún documento contemporáneo a Simón Pedro que diga que este fuera obispo de Roma, ni papa. Ireneo, obispo de Lyon (178-200), escribió hacia el año 180, una obra para refutar el gnosticismo. En ella incluyó la lista más antigua de los obispos romanos que se conserva. En total eran los doce primeros hasta su tiempo. El nombre de Simón Pedro no aparece. El primero de ellos es Lino, y lo califica de sucesor de los “apóstoles fundadores” en plural, y no existe ninguna mención del apóstol Pedro en particular al respecto. Lo que escribe Ireneo es lo siguiente:

"Los bienaventurados apóstoles fundadores, transmitieron a Lino el ministerio episcopal -sigue Ireneo- a ese Lino lo menciona Pablo en las cartas a Timoteo. Le siguió Anacleto. Y tras éste, en el puesto tercero después de los apóstoles, obtiene el ministerio episcopal Clemente, que también vio personalmente a los bienaventurados apóstoles, y frecuentó su trato. Como bajo él estallase una revuelta no pequeña entre los hermanos de Corinto, la iglesia envió un escrito a los corintios"[1]

Eusebio de Cesarea, el autor de la “Historia Eclesiástica”, nunca menciona a Pedro como obispo de Roma. Dice que Pedro vino a Roma al "final de sus días" y fue crucificado allí.[2]

Como costumbre más o menos generalizada antes del siglo V, a los obispos de todas las ciudades, queridos y apreciados por el pueblo cristiano, se les llamaba “papas”, como un apelativo cariñoso, no como un título jerárquico como se entiende hoy en día.

Habemus papam

A partir del emperador Constantino (s. IV), todo cambió, y empezó a notarse cada vez más la diferencia entre dos clases sociales: El clero y el laicado. Con el tiempo, el apelativo de “papa” se transformó en un título, y fue dado al que era políticamente el obispo más importante del Imperio, el obispo de la ciudad de Roma, a la sazón, Siricio, a finales del siglo IV. Esto sencillamente obedecía a que Roma era la capital del Imperio. Esa designación fue acordada en el Concilio de Toledo de ese año, aunque de momento no suponía una exclusividad, ésta llegó mucho más tarde, en el año 1073, por la imposición de Gregorio VII. No obstante, dicho papa, en ese año, prohíbe por decreto que se llame Papa a otro que no sea a él mismo.

No es hasta la Edad Media cuando por fin se entiende por papa al (papa de Roma) de forma exclusiva, y por resuelta imposición de un mismo papa romano. Escribe Antón Casariego.

“En los tiempos del cristianismo se seguía el principio... heredado de la tradición hebrea apostólica. Luego... se abandonó este principio y comienza a instituirse la separación entre laicos y sacerdotes (teoría de la consagración). Este grupo se divide a su vez en categorías, y se va afianzando el poder de los obispos, que pasan a ser cabeza de una determinada comunidad o iglesia, como sucesores de los apóstoles, de modo que a aquella dirección... (anterior), le sucede un episcopado monárquico influido por el romanismo. La jerarquía se va convirtiendo en la depositaria de la doctrina de la salvación, y los creyentes ven reducido su papel al de fieles. Por otro lado, durante los tres primeros siglos, la Iglesia funcionaba como una federación de iglesias locales unidas por una fe común, pero libres y relativamente autónomas en su ámbito”.

Constantino, no sólo da libertad de culto a los cristianos, la hace obligada, declarando el cristianismo como la religión oficial del Imperio. A partir de Constantino, el obispo de Roma era escogido por el Emperador. Este obispo de Roma, aún en esa época, no era considerado el “papa” o “Sumo Pontífice”, esto vendría mucho después. Sin embargo, ya en el siglo III, Calixto I (217-222), obispo de Roma, es considerado el pensador de la idea del papado, pues es el primero en sostener la primacía del obispo romano, aunque no se le hizo mucho caso.

  • Cisma: Divisiones y guerras entre los diferentes papas provocando la coexistencia de dos, y tres, papas simultáneamente.

El llamado Cisma de Oriente, incoado por Focio (862), y consumado por Miguel Cerulario (1059), el cual dio origen a la llamada Iglesia Ortodoxa Griega, y el Gran Cisma de Occidente (1378-1417), provocando la coexistencia entre Aviñón y Roma.

Obispo de Roma

El título Papa, que alguna vez fue utilizado con gran amplitud, actualmente se emplea exclusivamente para denotar al obispo de Roma quien, en virtud en su posición como sucesor de Pedro, es el supremo pastor de toda la iglesia, el vicario de Cristo sobre la tierra. Además del obispado de la diócesis romana, el Papa detenta varias otras dignidades junto con la de pastor universal y supremo.

Él es el arzobispo de la provincia romana, primado de Italia e islas adyacentes, y único patriarca de la iglesia occidental. La doctrina de la iglesia acerca del Papa fue declarada por el Concilio Vaticano I en la constitución dogmática “Pastor Aeternus”, el 18 de julio de 1870. Los cuatro capítulos de esa constitución tratan respectivamente del oficio de cabeza suprema conferido a San Pedro, la perpetuidad de ese oficio en la persona del romano pontífice, la jurisdicción papal sobre todos los fieles y su autoridad suprema para definir cuestiones de fe y moral.

A nivel internacional, el Papa recibe el trato de “jefe de Estado” y el tratamiento honorífico y protocolario de Su Santidad (abreviado S. S.). Igualmente, es el representante por excelencia de la Santa Sede, la cual tiene personalidad jurídica propia, canónica e internacional. Tiene inmunidad diplomática, es decir no puede ser acusado en tribunales, ya que más de 170 países lo reconocen como Jefe de Estado del Vaticano.

Conforme a la tradición católica, el papado tiene su origen en el apóstol de Jesús: Pedro, quién fuera constituido como primer Papa y a quién se le otorgó la dirección de la iglesia y primado apostólico. Hasta el pontífice presente, la Iglesia católica enumera una "lista de Papas" en los dos milenios de historia de dicha institución. Cabe destacar que conforme a otros credos no católicos, tanto la primacía de Pedro, como la sucesión papal y hasta el papado mismo no son considerados como verdaderos o se interpretan bajo sentidos diversos al sentir católico.

Como jefe supremo de la iglesia tiene las facultades de cualquier obispo, y además aquellas exclusivas inherentes a la cátedra petrina, entre ellas: la declaración universal de santidad (canonización), creación de cardenales y la potestad de declarar dogmas o declaración excathedra. Se le suele representar artísticamente con la tiara, el anillo del Pescador y las vestiduras pontificales de color blanco.

Elección papal

La elección del Santo Padre la decide el cónclave, institución creada en 1274 para la elección democrática de los papas por parte de los cardenales de la Iglesia, según dice José Macca, periodista y autor del libro Wojtyla, de la A a la Z (Planeta, 1998).

En teoría, cualquier católico soltero de sexo masculino, mayor de treintaicinco años, es un posible candidato al papado aunque sea un laico. Si resulta electo, de inmediato debe ser ordenado obispo, como ocurrió en los casos de Juan XIX (electo en 1024) y Benedicto IX (electo en 1032).

En la práctica, sin embargo, los cardenales prefieren elegir a uno de entre ellos.

Cuando el papa Francisco, nacido en Argentina, fue elegido en el cónclave anterior en 2013, se convirtió en el primer pontífice originario de Sudamérica.

Sin embargo, los precedentes históricos sugieren que los cardenales son mucho más propensos a elegir a un europeo, y especialmente a un italiano.

De los 266 papas elegidos hasta la fecha, 217 han sido italianos.

Qué pasa tras la muerte del Papa

Las funciones oficiales quedan a cargo del camarlengo o chambelán del Papa, él es quien confirma oficialmente el fallecimiento, con un médico y un certificado de defunción. No se realiza autopsia.

También le corresponde al camarlengo cerrar y sellar la residencia personal del Papa, destruir el anillo y el sello de plomo del Papa, que se utilizan para autenticar documentos oficiales, para que nadie más los pueda usar.

El chambelán y un equipo de tres cardenales asistentes establecen el calendario de duelo por el Papa, incluyendo la fecha del funeral y del entierro.

El período de duelo suele durar nueve días, y las normas eclesiásticas establecen que estos actos deben comenzar entre el cuarto y el sexto día después del fallecimiento del Papa.

El camarlengo y su equipo también deciden cuándo se traslada el cuerpo del Papa a la Basílica de San Pedro antes del entierro para que el público pueda presentar sus respetos.

Protocolos del cónclave

Muerto el Papa el gobierno de la Iglesia pasa automáticamente a las manos del Colegio de los Cardenales, según las reglas redefinidas por Juan Pablo II en 1996 en el documento Universi Dominici Gregis. Una vez que los cardenales se reúnen en Roma, se lee este documento. Los cardenales quedan obligados por juramento a guardar secreto[3].

A los 11 días de la muerte de un pontífice (o dimite, como en el inusual caso del papa Benedicto XVI en 2013), los cardenales son convocados a una reunión en el Vaticano, seguida del cónclave, como se conoce a la elección, los cardenales se aíslan en la Capilla Sixtina para elegir, de entre ellos, un sucesor.

Con la vacancia de la Silla de Pedro, todos los cardenales de la Curia Romana, incluido el secretario de Estado, cuya función equivale a la de un primer ministro, son depuestos. Solo tres siguen desempeñando sus funciones: el camarlengo, responsable de la transición y la elección del nuevo pontífice; el penitenciario mayor, a quien le corresponde perdonar uno de los pecados cuya absolución se reserva la Santa Sede, como el quebrantamiento del secreto de confesión; y el vicario general de la diócesis de Roma.

Los poderes del Colegio Cardenalicio durante la fase de la transición son limitados. No puede, por ejemplo, modificar las reglas que rigen la elección papal, nombrar nuevos cardenales ni tomar decisiones que puedan constreñir la autoridad del futuro pontífice.

Reformas de las Reglas del Cónclave

En 1996, Juan Pablo II reformó las reglas del cónclave. Estableció un sistema electoral por mayoría de dos tercios, aboliendo los métodos tradicionales de designación por aclamación, cuando todos respaldan a un mismo candidato, o por compromiso, si tras varias votaciones infructuosas algunos suman su voto al de la mayoría sólo para cubrir la cuota de respaldo. También prohibió a los cardenales reunidos ver la televisión, oír radio y usar teléfonos móviles.

Preparación de la Capilla Sixtina para el cónclave

Se suspenden las visitas turísticas para que el equipo encargado de la seguridad investigue si en el recinto hay dispositivos electrónicos.

Se convoca a la reclusión a todos los cardenales presentes en el Vaticano. De los 252 cardenales actuales (2025), 135 están aptos para votar por tener menos de 80 años.

El inicio del cónclave tiene lugar cuando ha transcurrido tiempo suficiente para que todos los prelados lleguen a Roma. En 1922, los cardenales de América del Norte y del Sur no asistieron al cónclave que eligió a Pío XI, porque los barcos en los que viajaban no atracaron a tiempo. Una vez recluidos en el Vaticano, ninguno puede salir hasta que no hayan elegido al nuevo pontífice, excepto en caso de una enfermedad o un accidente con riesgo para la vida y tras el consenso de la mayoría de sus pares.

Ingresan en el cónclave junto a los cardenales el secretario del Colegio Cardenalicio y maestro de las liturgias papales, acompañado por dos maestros de ceremonia y dos religiosos de la sacristía papal, un asistente del cardenal decano, unos pocos frailes o monjes que hablan diferentes idiomas (para actuar como confesores), dos médicos y el personal de cocina y limpieza, por lo general monjas.

Ningún cardenal puede llevar a un asistente personal, excepto a su médico en caso de enfermedad grave. Nada de computadoras, celulares, periódicos, televisión, radio, tablets o grabadoras de sonido o imagen. Solo se mantiene activa una línea telefónica de uso exclusivo del camarlengo para una emergencia.

Solo tres cardenales tienen derecho a contactar con sus gabinetes: el penitenciario mayor, el vicario de la diócesis de Roma y el párroco de la Basílica de San Pedro.

Las normas de la Iglesia prohíben las confabulaciones y alianzas electorales antes del cónclave. Eso se remonta al papa Félix IV (526-530), quien presionó al clero y al senado romano para que eligieran como su sucesor a Bonifacio, su arcediano. Los senadores promulgaron un edicto que vetaba toda discusión sobre la elección del futuro papa mientras viviera el actual.

La elección

Los cardenales votan individualmente por su candidato preferido hasta que se determina a un ganador, un proceso que puede durar varios días.

En siglos anteriores, la votación se ha prolongado durante semanas o meses. Algunos cardenales incluso fallecieron durante los cónclaves.

La única pista sobre el desarrollo de la elección es el humo que emerge dos veces al día por la quema de las papeletas de los cardenales en una chimenea de la sala para, en forma de fumata -una humareda blanca o negra-, anunciar al exterior el resultado. Si la humareda es negra, significa que no hubo quorum y los debates deben reiniciarse hasta que haya fumata blanca.

Anuncio del nuevo Papa

Tras la salida de la fumata blanca, el nuevo Papa suele aparecer en el balcón de la Plaza de San Pedro durante la siguiente hora.

El cardenal de mayor rango que participa en el cónclave anunciará la decisión con las palabras Habemus Papam (en latín, Tenemos un Papa).

A continuación, presentará al nuevo pontífice con el nombre papal que este haya elegido, que puede ser o no su nombre de pila original.

Por ejemplo, el papa Francisco nació como Jorge Mario Bergoglio, pero eligió un nombre diferente para su papado en honor a San Francisco de Asís.

Títulos Papales

  • Obispo de Roma.
  • Vicario de Cristo.
  • Sucesor del Príncipe de los Apóstoles
  • Príncipe de los Obispos.
  • Pontífice Supremo de la Iglesia Universal.
  • Primado de Italia.
  • Arzobispo y Metropolitano de la Provincia Romana.
  • Siervo de los Siervos de Dios.
  • Padre de los reyes.
  • Pastor del Rebaño de Cristo.
  • Soberano del estado de la Ciudad del Vaticano.

Véase también

Referencias

Fuentes

  • El Papa. Disponible en:Con el Papa Consultado el 25 de agosto de 2010
  • Terminología Bíblica. Disponible en:Miapic Consultado el 25 de agosto de 2010
  • Papa. Disponible en:Wikipedia Consultado el 25 de agosto de 2010
  • Papa. Disponible en:Buscón Consultado el 25 de agosto de 2010
  • Papa. Disponible en:Enciclopedia Católica Online Consultado el 25 de agosto de 2010
  • Catolicismo. Disponible en:Centro Rey Extraído del libro Luz o Tinieblas Consultado el 25 de agosto de 2010
  • Casariego, Antón. Los Papas Pecadores/Antón Casariego. —Celeste, 1992. -262p. ISBN 9788487553301. Consultado el 25 de agosto de 2010
  • Hunt, Dave. Una Mujer Cabalga La Bestia/Dave Hunt. —Berean Call, 1997. -570p. ISBN 1928660002.. Consultado el 25 de agosto de 2010
  • Qué pasará ahora tras la muerte de Francisco y cómo se elegirá al nuevo Papa. Disponible en:Cubadebate. Consultado el 22 de abril de 2025